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Blog de Kami

El aseo del curro

Las oficinas son sitios llenos de gente, cables por el suelo, ordenadores generando cantidades ingentes de energía en forma de calor y alguna plantita para disimular.

Todo parece estar en armonía, pero al final, eso hace que siempre haya un ambiente cargado, que haya gente que sude porque otra tiene frío si se pone el aire acondicionado y se crea una especie de nube caliente con olor a sobaco que los estractores de aire son incapaces de ventilar.

Normalmente no te das cuenta de que el aire está comenzando a espesar en plan ataque químico de destrucción masiva hasta que sales a la calle a tomarte el preceptivo café de media mañana y cuando vuelves, ese aire caliente golpea tus fosas nasales sin piedad.
Pero, lo peor está por llegar.

Siempre hay un avispado que tiene que ir a giñar en la oficina en vez de ir en su casa con su diario deportivo preferido.

¿Acaso la gente no piensa en los demás?
¿Por qué tengo yo que oler sus pedos?

¡A la oficina se va a trabajar, no a giñar, oiga!

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