Notoriedad y milagros milagrosos
En un intento deseperado de notoriedad mediática, el Vaticano va a "investigar", si es que a eso se le puede llamar investigar, el accidente del polaco Robert Kubica porque creen que el anterior Papa, Juan Pablo II, obró un milagro y le salvó la vida.
Esto es así porque el piloto lleva en su casco inscrito el nombre del antiguo Papa, porque es un tipo religioso y además es paisano de éste.
En cierto modo me gusta la gente religiosa porque tienen un modo de ver la vida más relajado y tienen un poco más de aprecio por los que les rodean que la media de la población. Pero eso es sólo una parte.
Esto de ahora me parece una auténtica negación tecnológica y una total y absoluta falta de respeto por los cientos y cientos de horas que han invertido los ingenieros para hacer los habitáculos de los F1 prácticamente indestructibles. Del mismo modo hay que hablar del sistema de sujeción del cuello HANS (Head And Neck Support) que le salvó de desnucarse.
Ellos SÍ que le salvaron la vida con sus acciónes y no un señor que murió hace un tiempo y que lo único que aportó a la humanidad fue su costumbre de besar el suelo cuando bajaba del avión.
Eso y que chocó DE LADO con el muro. Es decir, que se deslizó perdiendo un montón de partes del coche, y velocidad, por el camino. Si hubiera chocado de frente, nadie hablaría de milagros.
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